El trinquete es uno de las canchas homologadas para la
práctica de la pelota vasca. Se trata de una instalación que permite tanto
juegos directos, como es el caso de la pasaka,
una modalidad sin raya, como de juegos indirectos, diferentes modalidades de
pelota a mano, pala-paleta y el xare.
El trinquete se compone de una pared frontal llamada frontis
delimitado superior e inferiormente por una chapa de 8 centímetros.
Inferiormente la chapa está a 80 centímetros del suelo, y la altura hasta la
chapa superior es de 8,5 metros, aunque la totalidad de la altura del frontis
suele ser superior a ésta a unos 10 metros de la inferior. Es el objetivo
espacial principal puesto que en el golpeo de la pelota, para que sea válido
debe golpear dentro de los límites del frontis.
Asimismo tiene una pared lateral izquierda que une el frontis
con el rebote, la pared lateral suele ser un poco más baja que el frontis y
abarca toda la pista,
El rebote es la pared que se encuentra en la parte trasera de
la pista en la que la pelota puede golpear durante la acción de juego sin que
exista penalización por ello.
En el suelo están marcados los diferentes sub-espacios que se
utilizan en las modalidades de trinquete.
Hasta ahora hemos estado describiendo los elementos del
trinquete que son elemento común en los diferentes tipos de frontones, sin
embargo el trinquete además de las medidas tiene una serie de factores que lo
caracterizan.
Una pared derecha paralela a la izquierda desde el frontis
hasta el rebote delimita el campo con cuatro paredes por lo que es conocido
como frontón cerrado también. Además en el límite con el frontis hay un chaflán
colocado de manera oblicua y conocido como fraile
que crea una gran incertidumbre cuando rebota ahí.
También a lo largo de toda la pared izquierda nos encontramos
con un tejadillo perfectamente válido durante el juego y a pesar de los botes
que pueda realizar encima del mismo no se consideran como botes válidos puesto
que para ello deben darse en el suelo de la pista. También puede encontrarse
este característico tejadillo en el rebote de la pista. Bajo estos tejadillos
hay unas aperturas donde se colocan unas redes de manera que el espectador
pueda disfrutar del deporte sin asumir riesgos. Las mencionadas redes además
tienen una doble finalidad puesto que también intervienen como elemento de
juego. Siempre que una pelota toque en la red después de botar se obtendrá el
tanto directamente.
Por último encontramos solo en algunos trinquetes, sobre todo
los más antiguos, un pequeño agujero en la parte derecha del frontis. Se trata
de un agujero cónico en el que se puede introducir la pelota y debido a la
forma que tiene es muy difícil saber hacia qué lugar se dirigirá la pelota, que
crea un gran nivel de incertidumbre y es un elemento muy atractivo de juego.
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